![](Guerra%20Civil,Granja%20de%20Torrehermosa%28Badajoz%29%281936%29,Barragan-Lancharro_files/1GranjadeTorrehermosa-Asesinatosen1936GuerraCivilEspaola-soc.jpg)
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Si hay un argumento, uno sólo, que sirva para resaltar qué monumento a la mentira y a la propaganda es el libro titulado la Columna de la muerte
es ignorar los sucesos ocurridos en la pacense localidad de Granja de
Torrehermosa. En la Columna de la muerte esta población no es obviada.
Aparece citada en las páginas 14, 15, 144, 201 ó 202. Más adelante
consta en la página 274 el «Comité antifascista» de Granja de
Torrehermosa. Pero si se cita tantas veces, ¿por qué no se hace
referencia a los sucesos acaecidos? ¿Es por no haber documentos? Para
Espinosa Maestre sólo es relevante el «Comité Antifascista». Lo primero
que «olvida» Espinosa Maestre (lo de «olvida» va con sarcasmo) es que en
esta localidad hubo durante cincuenta días unos sesenta «detenidos», o
más bien, secuestrados.
Pero lo más relevante para que Espinosa Maestre se «olvidara» de lo ocurrido en Granja de Torrehermosa es que allí se cometieron gravísimos delitos de sangre. Al menos 37 vecinos perecieron a cargo del «Comité Antifascista» de Granja de Torrehermosa. De éste emanó un «Tribunal de Sangre» compuesto por los frentepopulistas Patricio Sánchez Seco (Presidente) Anselmo Martínez Montero, Pedro Buiza, Geminiano González, Julián Romero, Juan Pedro Díaz y Pedro Gómez Pulgarín. Este tribunal, sin atribución legal de ninguna clase, tomaba declaración a los «detenidos» y «sentenciaban» a continuación. Anselmo Martínez estaba huido en Francia y los demás fueron encarcelados.
Pero Granja de Torrehermosa fue también lugar del asesinato de 38 personas traídas desde Fuente Obejuna (Córdoba), los cuales fueron llevados desde esa localidad por varias partidas de milicianos de Sevilla y Badajoz que estaban capitaneados por el famoso alcalde socialista de Llerena Rafael Maltrana Galán. Entre los que había sacerdotes, obreros, industriales, labradores o estudiantes, fueron asesinados con armas de fuego en las tapias del Cementerio de Granja de Torrehermosa.
Pero si hay algo que resaltar en los crímenes de Granja de Torrehermosa es la crueldad con la que los defensores de la República, de la libertad y de la democracia manifestaron con tres niñas de corta edad de 3, 11 y 15 años según la Causa General, llamadas, respectivamente, María de la Gala Durán, Encarnación Rudilla Calero y Rosario de la Gala Llera. Sobre este particular dice Rodrigo González Ortín: «En este pueblo “la valentía roja” también manchó sus manos con sangre inocente, pues encontrándose refugiados en una bodega en compañía de sus padres (ya mencionados) la niña de diez años llamada Rosarito, hija don Francisco de la Gala y doña Felisa Llera de la Gala y otra de seis años llamada Encarna, hija de una criada, y otra de tres años llamada Mari, hija de don Felipe de la Gala, fueron asesinadas a tiros, pereciendo igualmente una anciana mujer llamada Rafaela Barroso (abuela de la niña Encarna), a quien también el temor le hizo refugiarse en dicho lugar; crímenes cometidos al tener conocimiento que las tropas salvadoras se aproximaban a dicho pueblo».
Así, fueron asesinadas personas de todo tipo de condición, de derechas, republicanos radicales, monárquicos o falangistas, ex alcaldes, ex jueces, ex concejales, de todas la edades, de tres años, a ancianos de 70 y ancianas también de 70, obreros, propietarios, comerciantes, jornaleros… Pero hay que destacar sobre todo el ensañamiento sobre las familias Llera, De la Gala o Spínola, las cuales fueron casi exterminadas.
Ante este cúmulo de información cabe la siguiente pregunta: ¿Por qué Francisco Espinosa Maestre «olvida» lo ocurrido en Granja de Torrehermosa? En principio es una localidad que cita, pero sólo para lo que le conviene. Sin embargo, para proyecto de la Memoria Histórica, que es el olvido de una parte de la Historia le viene como anillo al dedo. Granja de Torrehermosa es sinónimo de terror rojo, de asesinato sin piedad de inocentes, de niños, de viejos, de jóvenes. Crímenes realizados por los seguidores de la República, por gente de izquierdas. Cualquiera de ellos sería merecedor de una calle, de un busto o incluso de una Medalla de Extremadura. Francisco Espinosa Maestre conoce perfectamente qué ocurrió en Granja de Torrehermosa, conoce la Causa General y sabe qué dice González Ortín en su Extremadura bajo la influencia soviética, pero ha preferido ocultar la verdad de los crímenes. Lo mismo que en Azuaga, que por no citarlo cree que no existieron. En la famosa «Columna de los ocho mil» (no eran tantos) o en los famosos refugiados en Portugal había personas que no habían hecho nada, huían por puro miedo, pero otros eran criminales y delincuentes de la Revolución. Esto es lo que no es capaz de distinguir éstos de la «Memoria Histórica»: Todos eran buenos.
Para terminar, hay que decir la entereza de los asesinados en Granja de Torrehermosa. Hay muchos casos, muchísimos, de izquierdistas que se tornaron en fascistas en esos meses de la Guerra Civil, pero pocos testimonios hay de derechistas convertidos en socialistas o en izquierdistas. Los asesinos de izquierdas ni siquiera fueron capaces de doblegarlos en la muerte. González Ortín dice lo siguiente de un hecho sucedido en Granja de Torrehermosa: «Y además los falangistas, víctimas de su ideal, camaradas Fernando Ramírez Esquilache, Francisco Martínez Corvillo, Inocencio Martínez Barragán, Francisco Gaete Espinal, Carmelo Sánchez Corvillo, Mariano de la Paz Ortiz y José Moreno Prado. Estos mártires fueron muy mal tratados, les amenazaban constantemente de muerte para que gritaran viva el comunismo; mas todo fue inútil, pues a pesar de los bárbaros azotes con que les martirizaban, todos murieron con un ¡Arriba España!».
El año pasado, en el blog de Ángel David Martín Rubio publicó el capítulo completo de González Ortín sobre Granja de Torrehermosa.
Pero lo más relevante para que Espinosa Maestre se «olvidara» de lo ocurrido en Granja de Torrehermosa es que allí se cometieron gravísimos delitos de sangre. Al menos 37 vecinos perecieron a cargo del «Comité Antifascista» de Granja de Torrehermosa. De éste emanó un «Tribunal de Sangre» compuesto por los frentepopulistas Patricio Sánchez Seco (Presidente) Anselmo Martínez Montero, Pedro Buiza, Geminiano González, Julián Romero, Juan Pedro Díaz y Pedro Gómez Pulgarín. Este tribunal, sin atribución legal de ninguna clase, tomaba declaración a los «detenidos» y «sentenciaban» a continuación. Anselmo Martínez estaba huido en Francia y los demás fueron encarcelados.
Pero Granja de Torrehermosa fue también lugar del asesinato de 38 personas traídas desde Fuente Obejuna (Córdoba), los cuales fueron llevados desde esa localidad por varias partidas de milicianos de Sevilla y Badajoz que estaban capitaneados por el famoso alcalde socialista de Llerena Rafael Maltrana Galán. Entre los que había sacerdotes, obreros, industriales, labradores o estudiantes, fueron asesinados con armas de fuego en las tapias del Cementerio de Granja de Torrehermosa.
Pero si hay algo que resaltar en los crímenes de Granja de Torrehermosa es la crueldad con la que los defensores de la República, de la libertad y de la democracia manifestaron con tres niñas de corta edad de 3, 11 y 15 años según la Causa General, llamadas, respectivamente, María de la Gala Durán, Encarnación Rudilla Calero y Rosario de la Gala Llera. Sobre este particular dice Rodrigo González Ortín: «En este pueblo “la valentía roja” también manchó sus manos con sangre inocente, pues encontrándose refugiados en una bodega en compañía de sus padres (ya mencionados) la niña de diez años llamada Rosarito, hija don Francisco de la Gala y doña Felisa Llera de la Gala y otra de seis años llamada Encarna, hija de una criada, y otra de tres años llamada Mari, hija de don Felipe de la Gala, fueron asesinadas a tiros, pereciendo igualmente una anciana mujer llamada Rafaela Barroso (abuela de la niña Encarna), a quien también el temor le hizo refugiarse en dicho lugar; crímenes cometidos al tener conocimiento que las tropas salvadoras se aproximaban a dicho pueblo».
Así, fueron asesinadas personas de todo tipo de condición, de derechas, republicanos radicales, monárquicos o falangistas, ex alcaldes, ex jueces, ex concejales, de todas la edades, de tres años, a ancianos de 70 y ancianas también de 70, obreros, propietarios, comerciantes, jornaleros… Pero hay que destacar sobre todo el ensañamiento sobre las familias Llera, De la Gala o Spínola, las cuales fueron casi exterminadas.
Ante este cúmulo de información cabe la siguiente pregunta: ¿Por qué Francisco Espinosa Maestre «olvida» lo ocurrido en Granja de Torrehermosa? En principio es una localidad que cita, pero sólo para lo que le conviene. Sin embargo, para proyecto de la Memoria Histórica, que es el olvido de una parte de la Historia le viene como anillo al dedo. Granja de Torrehermosa es sinónimo de terror rojo, de asesinato sin piedad de inocentes, de niños, de viejos, de jóvenes. Crímenes realizados por los seguidores de la República, por gente de izquierdas. Cualquiera de ellos sería merecedor de una calle, de un busto o incluso de una Medalla de Extremadura. Francisco Espinosa Maestre conoce perfectamente qué ocurrió en Granja de Torrehermosa, conoce la Causa General y sabe qué dice González Ortín en su Extremadura bajo la influencia soviética, pero ha preferido ocultar la verdad de los crímenes. Lo mismo que en Azuaga, que por no citarlo cree que no existieron. En la famosa «Columna de los ocho mil» (no eran tantos) o en los famosos refugiados en Portugal había personas que no habían hecho nada, huían por puro miedo, pero otros eran criminales y delincuentes de la Revolución. Esto es lo que no es capaz de distinguir éstos de la «Memoria Histórica»: Todos eran buenos.
Para terminar, hay que decir la entereza de los asesinados en Granja de Torrehermosa. Hay muchos casos, muchísimos, de izquierdistas que se tornaron en fascistas en esos meses de la Guerra Civil, pero pocos testimonios hay de derechistas convertidos en socialistas o en izquierdistas. Los asesinos de izquierdas ni siquiera fueron capaces de doblegarlos en la muerte. González Ortín dice lo siguiente de un hecho sucedido en Granja de Torrehermosa: «Y además los falangistas, víctimas de su ideal, camaradas Fernando Ramírez Esquilache, Francisco Martínez Corvillo, Inocencio Martínez Barragán, Francisco Gaete Espinal, Carmelo Sánchez Corvillo, Mariano de la Paz Ortiz y José Moreno Prado. Estos mártires fueron muy mal tratados, les amenazaban constantemente de muerte para que gritaran viva el comunismo; mas todo fue inútil, pues a pesar de los bárbaros azotes con que les martirizaban, todos murieron con un ¡Arriba España!».
El año pasado, en el blog de Ángel David Martín Rubio publicó el capítulo completo de González Ortín sobre Granja de Torrehermosa.
Documentos de la Causa General que atestiguan los asesinatos de Granja de Torrehermosa:
Documento 1
Documento 2
Documento 3
Documento 4
Documento 1
Documento 2
Documento 3
Documento 4
Otros capítulos de la serie
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